LA IMPORTANCIA DEL LIDERAZGO EN EL CUMPLIMIENTO DE LOS ODS

Patricia Muñoz Pequeño

Consultora

Área de Sotenibilidad. Auren Consultores

Como continuidad los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) definidos en el año 2000, se acuerda en 2015 dentro del Pacto Mundial de las Naciones Unidas la Agenda 2030 que propone 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y 169 metas marcando la hoja de ruta de una acción colectiva encaminada a lograr la sostenibilidad en el ámbito económico, social y ambiental. Estos nuevos objetivos se plantean por parte de los líderes mundiales como más ambiciosos, tratando de abordar las problemáticas que causan la desigualdad y la pobreza desde la base y, de algún modo, tratando de lograr a través de este nuevo proyecto aquello que los ODM no lograron.  

Aunque, a priori, los Objetivos de Desarrollo Sostenible puedan plantearse como utópicos y globales, son las organizaciones junto con la sociedad en general, los ejes vertebradores del cambio y los responsables últimos de lograr la tan ansiada transformación hacia un modelo económico sostenible.  

La guía de referencia para el liderazgo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, Blueprint, plantea que las empresas no pueden prosperar a menos que las personas y el planeta también lo hagan. Esto se ha hecho más patente que nunca en el actual contexto de pandemia mundial: sistemas de sanidad colapsados, empresas y pequeños empresarios que no pueden desarrollar su actividad, pérdida de empleos e, incluso, niños y niñas con acceso limitado a una educación de calidad durante algún tiempo. Es evidente el frenazo mundial que esta situación supone y obvio su impacto negativo en el camino al cumplimiento de la Agenda 2030, pero también es una muestra inequívoca de la importancia de preservar el planeta y de la interconexión e interdependencia entre todas las dimensiones de nuestra sociedad. Ahora, más que nunca, es necesario que el sector empresarial lidere el cambio hacia sistemas más justos, sostenibles y con capacidad de resiliencia.   

La ya mencionada guía, plantea que el liderazgo empresarial en los Objetivos gravita sobre tres pasos: priorizar las acciones en los ODS, actuar sobre las mismas y aprender de su impacto para mejorar su desempeño y ayudar a otros a progresar en sus acciones. Para ello, se destacan cinco cualidades del liderazgo en los ODS que las empresas deberían integrar en sus estrategias, modelos, productos, cadenas de suministro, alianzas y operaciones:  

• Intencionalidad, integrando en sus estrategias y hojas de ruta su contribución al cumplimiento de los ODS a través de acciones específicas y medibles.   

• Ambición, a través de objetivos robustos e inspiradores para otros, a fin de lograr escalar su impacto.  
• Consistencia, con comportamientos éticos que plasmen el compromiso entre lo que la empresa dice y hace a todos los niveles de la organización y, de manera prioritaria, por sus líderes.  
• Colaboración, forjando relaciones sólidas y transparentes con sus grupos de interés, trabajando y desarrollándose desde la proactividad.  
• Responsabilidad, ejerciendo un liderazgo consciente con las personas y el planeta. Para ello se hace necesario un análisis exhaustivo de sus impactos y riesgos, así como el establecimiento de los mecanismos de minimización oportunos en aquellos significativos. 

Aunque tanto las políticas públicas, como la Administración, sociedad y las empresas muestran un claro compromiso con el desarrollo sostenible, así como la voluntad de contribuir desde sus estrategias y acciones al mismo, aún se aprecian ciertas dificultades para integrar esta visión en el día a día de las organizaciones y en sus decisiones corporativas. Según datos recogidos en el informe “ODS Año 5, El liderazgo colectivo en la Agenda 2030: una década para la acción” que analiza específicamente el grado de conocimiento e implementación de la Agenda 2030 en las áreas más significativas de las organizaciones, los datos aún presentan un amplio margen de mejora. Este informe destaca que principalmente son las áreas de sostenibilidad y medioambiente, con un 92% y un 70%, respectivamente, las que integran los ODS dentro de la estrategia del departamento. Si bien, los departamentos financieros, de compras y de cumplimiento normativo escasamente incluyen el marco de la Agenda 2030 dentro de su estrategia, solo en torno a un 33%. 

El análisis anterior nos acerca a un nuevo tipo de organizaciones donde ya no solo prima el retorno económico en sus estrategias y, por tanto, perfila un nuevo tipo de líderes con una visión integradora del mundo y capacidad para entender su entorno y escuchar a las partes interesadas con las que se relaciona. Las empresas del futuro serán sostenibles o, simplemente, no serán.