La tecnología y el impulso a los ODS, una oportunidad que debemos utilizar
Asunción Berzal
Directora Técnica Fundación Personas y Empresas
Uno de los grandes miedos de la humanidad en las últimas décadas es que la inteligencia artificial, los robots, la tecnología nos vayan comiendo terreno y terminen sustituyéndonos en puestos de trabajo. Es claro que habrá puestos de trabajo que serán sustituidos por máquinas, pero mucho antes de que esto pase, hemos de tomar conciencia de que el cambio es necesario y la tecnología es una herramienta que nos permitirá mejorar nuestras opciones de trabajo y nuestra sociedad. El ámbito de la Agenda 2030 no iba a ser menos en este sentido, utilizándola con inteligencia, haciendo su acceso más fácil nos permitirá disminuir la brecha entre países desarrollados y en vías de desarrollo. El número de teléfonos móviles esta alrededor de los 7.800 millones en el mundo, más que personas, y un 77% de ellos están conectados en 3G o 4G, es una oportunidad que debemos aprovechar para impulsar los ODS.
En el caso del ODS 4: Educación de calidad, es claro el avance alcanzado en los últimos meses. Aunque ya existían iniciativas de voluntarios que ayudaban a personas de manera on line, el impulso y consolidación de este tipo de formación ha sido innegable. Si antes existían reticencias a la formación no presencial ha quedado más que patente, que esta puede ser complementada de manera muy potente con clases virtuales. Las colaboraciones de profesores y voluntarios ofreciendo sus conocimientos en idiomas, informática, apoyo escolar a niñ@s y jóvenes que están en la otra punta del mundo pueden suponer un punto de inflexión importante para que estos últimos puedan acceder a una enseñanza de mayor calidad que la que está al alcance de su mano desde una remota población de un país en vías de desarrollo. No la única, pero si una buena manera de equilibrar la balanza del acceso a la formación de los países desarrollados respecto a los países en vías de desarrollo.
Muy alineado con el anterior ODS, el número 8 centrado en conseguir un empleo digno y crecimiento económico, se hace más fácil pues al romperse las fronteras del aprendizaje, la formación se incrementa, los jóvenes se empoderan y pueden optar a encontrar trabajos en mejores condiciones o a iniciar negocios no solo de manufactura o agricultura como sus padres hacían, sino también asociados a la tecnología y a las nuevas necesidades tanto de su entorno como de fuera de sus fronteras, pues digitalmente las barreras territoriales dejan de existir: teletrabajar o hacer negocios desde un pequeño pueblo (bien conectado) debe ser factible. En este sentido, el empoderamiento de la mujer, ODS 5 a través de formación, herramientas, acceso a créditos o proyectos de mentoring realizados virtualmente puede cambiar sus vidas favorablemente haciéndolas autosuficientes y visibilizando un potencial que nadie a su alrededor valoraba y que acerca la sociedad hacia la igualdad.
Esta fractura de las fronteras que nos permite el acceso de la tecnología no solo es aprovechable para las personas que están lejos, a nuestro alrededor hay muchas personas que no tienen fácil el acceso a puestos de trabajo o la asistencia a colegios y universidades debido a distintas discapacidades. Minimizar desplazamientos asistiendo a clases virtuales o teletrabajar, es una opción que desde las entidades formativas y las empresas debemos potenciar pues nos acerca más al cumplimiento del ODS 10: reducción de la desigualdad. No tener las instalaciones preparadas y el coste de acondicionarlas, ya no puede ser una “excusa” para no tener en nuestros equipos personas con discapacidad y este año nos ha demostrado que, si se puede, sigamos avanzando y consolidemos lo conseguido para apoyar este objetivo.
Pero no solo el uso de las tecnologías está impulsando los cambios necesarios para acercarnos y cumplir los objetivos de la Agenda 2030, el análisis de los datos que nos proporciona su utilización nos da mucha información, en otras cosas, sobre cómo evolucionan los proyectos implantados, nos facilita datos climáticos, tendencias y estadísticas sanitarias para acometer campañas sanitarias y responder más rápidamente tanto con formación pública como formación a los interesados y mitigar los daños que se puedan ocasionar. Un ámbito no visible, pero absolutamente necesario e importante para seguir avanzando y mejorando en los ODS asociados a salud, cambio climático, ciudades y sociedades sostenibles (ODS 3, 6, 7, 11, 13) y en las medidas globales y locales que se toman para conseguirlo.
Como objetivo transversal a todos los anteriores, no podemos dejar de mencionar el número 9: Innovación e infraestructura. El impulso que la tecnología y digitalización pueden hacer a gran parte de los ODS pasa por la apuesta de los países en que toda la población tenga acceso a una buena red de internet. ¿Un gasto o una inversión? Inicialmente, es obvio que es un gasto, pero mejorar la formación, empoderar a jóvenes y mujeres para que puedan asumir nuevos retos es un impulso individual que suma en colectivo pues cada persona empoderada es la semilla para el crecimiento de pequeñas y grandes comunidades. Entonces ¿es un gasto o una inversión? ¿Qué opinas?