¿Vida profesional & Vida Laboral? ¿Combate igualado?

 En Perspectiva ODS

Pues la verdad es que ahora mismo es difícil de decir y me permito pararme a pensar en “alto” con vosotros pues es una reflexión que me surge estos días que estoy relacionándome con jóvenes que tienen difícil el acceso al mercado laboral. Si me paro a pensar, durante todos los años de mi vida el trabajo ha sido un foco muy importante de la misma. De pequeña me enseñaron que tenía que estar haciendo algo siempre, no hacer nada no estaba bien visto en mi familia, y así, año tras año, como muchos amigos/as, fuimos consolidando ese valor como un pilar fundamental alrededor del que construimos nuestra vida.

Los millennials con y sin trabajo han cambiado los estándares de vida y nos han dado una lección sobre felicidad algunos de nosotros. Debido a la dificultad de acceso al mercado y a las condiciones en las que inician y mantienen el empleo durante años, su foco está en ellos y en las personas que les rodean, sus amigos, la familia, trabajar sí, pero vivir la vida y aprovechar cada momento. Si su pilar fuese el trabajo se habrían amargado, y sin embargo no es así.  Son generosos con su tiempo, buscan compartir por lo que se acercan más a las acciones de voluntariado y se comprometen durante más tiempo en ese tipo de proyectos.

Parece que ambos puntos de vista estén alejados, dos generaciones en extremos del puente ¿enfrentados? Ni mucho menos, unidos por una inquietud: la conciliación de la vida laboral y personal, en el orden que cada uno elegimos, pero que sea por elección. Que la conciliación ha llegado para quedarse es una obviedad, lo que no lo es tanto es las formas en las que esta puede consolidarse. La diversidad de los actores en la empresa implica que así de diversas deben ser las políticas de conciliación, el hecho de tener hijos/as no debe primar sobre quien no los tiene, porque puede tener padres mayores, o simplemente querer salir y que no sea de noche; disfrutar de la vida y del tiempo libre no tiene que ver con la edad, hoy menos que nunca, y menos en España con lo que nos gusta una “caña” con los amigos. Las empresas tienen que adaptarse a su público objetivo interno y tomar nota de lo que quieren sus empleados, no de lo que les viene mejor ofrecer.

Olvidémonos del paternalismo en las medidas de conciliación, no me digas cómo me “permites” conciliar, escúchame como haces con tus clientes y proponme medidas flexibles, originales. El tiempo en que el salario higiénico era suficiente para tenerme comprometido con la empresa ya pasó, es el tiempo del salario emocional y este “extra” en la adecuación de las medidas de conciliación puede ser la clave de la conservación del talento en las empresas. El futuro es ahora. Quiero vivir mi presente. Cómo tú ¿no?

 

Asunción Berzal

Directora Técnica de Fundación Personas y Empresas

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