¿PERSONAS MAYORES? ¿ADULTOS MAYORES? El nombre da igual, la situación no.

 En Curiositá, Perspectiva ODS

Asunción Berzal

Directora Técnica Fundación Personas y Empresas.

 

Corría el año 2014 cuando internacionalmente se reconoció que el edadismo tenía repercusiones negativas en materia de derechos humanos, un paso importante, que un año después no tuvo el peso suficiente cuando se establecieron los objetivos de Desarrollo Sostenible y la agenda 2030, pues a pesar de la transversalidad de la edad en todos ellos, no se contempló la necesidad de establecer unos baremos por edad de cumplimiento de estos. De esta manera, se complicó poder evaluar si, por ejemplo, la discriminación de la mujer relacionada con ODS 5 se agudiza a medida que nos vamos haciendo mayores como parece que así es. Este es solo un ejemplo, pues siendo la edad una variable discriminatoria común a cualquier país del mundo, solo es recogida de manera concreta en algunos apartados de determinados ODS como el 1: erradicación de la pobreza, el ODS 2, alimentación saludable o el ODS 11 sobre ciudades sostenibles en la que se nombra el colectivo en varias ocasiones: transporte, espacios…, pero ¿Y en el resto? ¿Por qué no se hace especial mención en el ODS 8 sobre trabajo decente o en el 10 para reducir desigualdades 

Visibilizar unos colectivos y no otros es responsabilidad de todos: cada persona tenemos que poner un foco en dar visibilidad a un colectivo del que todos formaremos parte tarde o temprano. Lo que ahora hagamos por promover comportamientos más equitativos y no discriminatorios será la semilla para que la sociedad vaya cambiando y las instituciones públicas y privadas cambien su perspectiva. Como se dice en la agenda 2030: “Qué nadie se quede atrás” 

El paso de los años no hace invisibles a las personas, sino la falta de conciencia social. Somos culpables como comunidad de que esto suceda pues llevamos unas cuantas décadas infravalorando la aportación de los adultos mayores a nuestra sociedad. Poco a poco, según van cumpliendo años su voz deja de escucharse, pero la pirámide poblacional mundial nos dice que esto debe cambiar, cada día somos “más viejos”. Países como: Japón, Italia, Grecia, España son algunos de los que actualmente tienen un mayor envejecimiento de su población y, por ello, los que antes tendrán que tomar medidas para que ese grupo siga siendo partícipe de la sociedad a todos los niveles: trabajando, consumiendo o estudiando ¿Por qué no? Las metas ya no son las mismas, y puede que en unos años esas medidas sean referentes para paliar la situación de exclusión programada que parece que se tiene a partir de los 50.  

Por otro lado, los avances, a nivel general en todo el mundo, aunque no sean homogéneos, han hecho que la edad a la que nos volvemos “mayores” no sea la misma a la que nuestros padres lo fueron, ni tampoco las condiciones físicas en las que llegamos a la misma. Mucha gente dice “los 40 son los nuevos 30 y los 50 son los nuevos 40”, se habla también de la preadolescencia a los 10, de la cuarta edad…Las barreras por edad no deberían ser tales, se puede ser “viejo” con 18 como Sheldon Cooper y “joven” como Mick Jagger. ¿O no?   

Los mayores de 50 tenemos que pensar en cómo estar más representados y valorados en la sociedad española que hasta ahora nos prejubilaba a los 55. Nuestra experiencia personal y profesional es una pieza más del puzzle que forma una sociedad, somos igual de importantes que el resto y hemos de hacernos valer. Es tiempo de agruparse, de levantarse en las reuniones y exponer tus ideas, de tomar la iniciativa, de emprender, de aprender nuevas habilidades.   

En los últimos años, las empresas están trabajando por mejorar su diversidad porque han visto que es un factor que favorece no solo la visión social que de ellas tiene sus clientes, sino que también es un aliado para mejorar los datos económicos de la compañía. Buscando esa diversidad en sus filas, las empresas deben tratar de optimizar lo mejor de cada uno de los grupos: boomersmillenialscentenials, generación Z, etc., la energía de unos, los conocimientos de otros, la perspectiva, la expertice…todo es necesario, solo es cuestión de encontrar la fórmula magistral para mi empresa: mentoring inverso, becarios seniors…, no lo sé, pero lo que si creo es que, igual que no podemos permitirnos tener “generaciones perdidas de jóvenes”, no podemos “perder generaciones de mayores”. Busquemos nuevas formas de trabajo, de banco de horas, de jornadas parciales, etc. medidas flexibles que posibiliten aprovechar todo el conocimiento acumulado de los seniors, no debemos dejar que se pierda. 

Hagamos un esfuerzo porque “nadie se quede atrás” porque hoy puedo ser yo, pero mañana...puedes ser tú.  

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